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Rally Dakar Argentina-Chile despierta reparos

Juan Ignacio Manchiola - El Clarin

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  • 186/665 Wallmapu (Territorio Mapuche)

El 3 de enero próximo comenzará el Rally Dakar Argentina-Chile, un enorme espectáculo deportivo que para arqueólogos, ambientalistas y expertos en gestión de riesgo podría tener un impacto negativo en los recursos naturales y culturales de las zonas vírgenes por donde correrán autos, motos, cuatriciclos y camiones.
Del 3 al 17 de enero de 2009, el ex París Dakar se trasladará por primera vez a Sudamérica, tras haberse suspendido el año pasado por amenazas terroristas a los pilotos en Mauritania. Unos 530 equipos compuestos por 82 camiones, 188 autos, 30 cuatriciclos y 230 motos recorrerán las 14 etapas (9 en Argentina, 3 en Chile y 2 en terreno binacional, en los Andes) a lo largo de aproximadamente 9.500 kilómetros.

El Rally, que desde 1979 parte de una ciudad europea (hasta 1995 fue París) y cruza las arenas africanas, hasta Dakar, Senegal, pasará ahora a la escarpada cordillera de los Andes, al desierto chileno y a las llanuras patagónicas. En ambos países, con un explícito apoyo gubernamental. La idea predominante es que será muy positivo para el turismo.

“Según algunas observaciones y desde la óptica de la Gestión de la Reducción de Riesgos, este emprendimiento en tierras gauchas, si bien es auspicioso, no ha sido considerado más allá del impacto ambiental. Deberíamos haber diseñado planes, programas y proyectos, con escenarios posibles, de modo que se pudiese tener una aproximación a los riesgos que pueden ‘crearse’ en los trayectos, pueblos, ciudades, rutas, infraestructura de servicios, que pueden verse dañados por una circulación vehicular inusitada más la afluencia de públicos que estarán en sitios predeterminados o (los más) en lugares sin protección alguna. Y sin información adecuada”, advirtió la licenciada mendocina Gloria Bratschi, especialista en Prevención de Riesgos y Manejo de Desastres.

El doctor en Ciencias Naturales Adolfo Gil explicó que hace falta un estudio de impacto ambiental y arqueológico. “No sé si esto está hecho y aprobado. Preocupa la cercanía de la fecha. Sin dudas que la actividad es de un alto impacto al ambiente y sobre todo al patrimonio arqueológico, por lo que se necesita una evaluación y mitigación como le pide la ley a toda actividad”, dijo a este medio.

“Sorprendida”, según sus palabras, por los intentos por llevar la carrera hacia la región chilena de Arica y Parinacota (que finalmente no figura en el recorrido final), Julia Cordova-Gonzalez, del Museo Arqueológico San Miguel de Azapa, comentó: “Ya bastante daño han hecho los motoristas en sus carreras competitivas o deportivas en nuestros cerros y sus evidencias culturales”, recordó a RENA.

En una nota del 12 de diciembre, el diario Los Andes de Mendoza -provincia del oeste argentino donde la carrera recorrerá más de mil kilómetros- refleja el temor de organizaciones científicas por los posibles daños del rally en áreas de gran riqueza natural y arqueológica. Desde el gobierno mendocino, dice el medio, aseguran que habrá un control estricto sobre la prueba.

Una de las organizaciones que más fuerte cargó contra la carrera es la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina (AAPRA) que, en una solicitada, critica la búsqueda de “ganancias cortoplacistas” en desmedro de la preservación de los ambientes, tanto en el medio físico como socio-cultural.

“No se han realizado en nuestro país los Estudios de Impacto Ambiental y Social que constituyen la herramienta para prevenir, mitigar y/o corregir los impactos negativos que causará el desarrollo de esta competencia que cuenta con el apoyo político a nivel nacional, provincial y municipal”, reveló AAPRA

Dicho apoyo, dijo, “se basa en la creencia de que el rally permitirá que el ‘mundo nos vea’ y que ‘fomentará el turismo regional’. Sin embargo, esta visión cortoplacista no vio y/o tuvo en cuenta la afección y/o destrucción permanente que su desarrollo causará sobre sitios arqueológicos, fauna y flora local, economías rurales, entre otros. No se han evaluado los daños que pueden producirse en los yacimientos arqueológicos sobre los cuales, literalmente, pasarán los autos, camiones y motos arriba enumerados; como así tampoco el impacto negativo que el tránsito desproporcionado de vehículos de bajo y alta tonelaje podrá causar a la flora y la fauna local, propia de los ambientes frágiles que recorrerá la travesía, ni a las economías rurales de bajo desarrollo”.

Una carrera con apoyo oficial

El Dakar es una de las competiciones automovilísticas más extensas del mundo, donde intervienen tanto marcas reconocidas (Mitsubishi, Toyota, Volkswagen, BMW, KTM, Kamaz, Tatra, Hino, Mercedes, Ginaf y MAN, entre otras) como aficionados al deporte.

La de enero próximo será la primera prueba que se lleve a cabo en Sudamérica. La edición de este año, Lisboa-Dakar, fue cancelada por las amenazas de atentados de grupos radicales en Mauritania y por movilizaciones de las poblaciones locales para repudiarlo, según AAPRA.

Los competidores recorrerán durante diez días rutas en Argentina y cinco en Chile, explicaron en febrero último los organizadores, al hacer la presentación mundial en Buenos Aires, según BBC Mundo.

Después de reunirse en la casa de gobierno argentina con la presidenta Cristina Fernández, el director del Rally Dakar, Etienne Lavigne, anunció en febrero pasado que “el Dakar 2009 se iniciará en Buenos Aires, para realizar una aventura de casi 9 mil kilómetros entre Argentina y Chile, con 6 mil kilómetros de pruebas especiales”.

Los competidores partirán de Buenos Aires y se internarán en la enorme llanura pampeana, en dirección a la Patagonia argentina. Transitarán las provincias de La Pampa (centro), Río Negro, Chubut y Neuquén (al sur), y Mendoza (oeste).

De allí la ruta pasará a Chile, a través de la cordillera de los Andes. Los participantes tendrán la jornada de descanso en la ciudad balneario de Valparaíso.

La segunda fase recorrerá el desierto de Atacama, entre los Andes chilenos, en alturas superiores a los 3 mil metros sobre el nivel del mar y de mínima humedad relativa. Luego la prueba regresará a Argentina por el noroeste, después de 15 días de carrera, hasta Buenos Aires, donde culmina.

El secretario de turismo argentino, Enrique Meyer, explicó en la oportunidad que el gobierno desplegará un gran apoyo logístico, aunque aclaró que no se realizarán obras de infraestructura porque los organizadores dijeron que “les gustaban los paisajes y las rutas en el estado en que están”.

La presidenta Cristina Fernández agradeció a los organizadores la idea de realizar la carrera en la región y destacó que “es un muy buen motivo para sentirnos orgullosos. Quiere decir que debemos estar haciendo las cosas un poco mejor para que nos elijan”, según BBC.

Priorizar la gestión del riesgo

Para Bratschi, es pertinente “y así debe ser visto”, establecer acciones de prevención, desde el enfoque de Reducción de la Vulnerabilidad, siempre junto al paradigma de la Gestión de la Reducción de Riesgos.

Porque, dijo, hay una variada gama de amenazas o peligros naturales y socio-naturales: lluvias intensas, granizo, aumento del caudal de ríos, sismos (hace unos días, con el temblor de Potrerillos, hubo desprendimientos de piedras en la ruta internacional), vientos (como el Zonda). “Si consideramos estos posibles eventos, estamos sumando riesgos, ya que no hemos reducido la vulnerabilidad ante estos fenómenos de origen natural”.

A eso habría que agregarle los riesgos de origen antrópico-tecnológico. “Creo que no se ha visto el problema en su complejidad, que no hemos realizado aún las acciones de mitigación necesarias para que el paso del rally sea algo atractivo, económicamente rentable para el país pero, sobre todo, seguro, en la medida en que se protejan vidas, bienes y el entorno humano en su totalidad”.

“Los impactos negativos de todo accionar humano son a veces irreversibles y si les sumamos los peligros o amenazas de origen natural el resultado es una combinación difícil de medir, pero muy fácil de calificar, prever, prevenir y mitigar. No podemos visualizar un escenario de riesgos si no consideramos todas las variables posibles y, a veces, hasta inimaginables”.

En Mendoza, reveló, “hay tramos (he recorrido algunos) donde la señalización es obsoleta, o está dañada. En otros, hay puentes en mal estado. También he preguntado a habitantes de esos sitios, pero solo tienen una vaga idea de que por enfrente de sus casas habrá, en fecha próxima, ruido de motores, velocidad, tierra en suspensión. De vez en cuando veremos a la distancia el humo de un asadito hecho en medio de la nada, con un proceso de sequía y vegetación inflamable”, pronosticó.

Para la experta, cuando se produce alguna novedad de este tipo, cuando se quiere innovar, cuando hay planes de desarrollo e inversión, siempre debe estar presente la Gestión de la Reducción del Riesgo. El problema “es que nuestra conciencia es ‘emergencista’”.

“Aún no nos damos cuenta que es más barato prevenir que lamentar, que es proactivo dar información a la población, a todos los sectores de la vida cotidiana para que estén verdaderamente comunicados, en forma sostenida, acerca de peligros que, mas la vulnerabilidad, son riesgos”. Y que se pueden reducir, minimizar, con solo prever, planificar, para la prevención continua.

“Las personas y las instituciones deben tomar decisiones -frente a posibles riesgos- correctamente informadas. No es una utopía. El rally debe ser un hecho singular, significativo para cada región que lo verá pasar raudamente. Sin improvisaciones, con una planificación preventiva que tenga en cuenta todo posible evento que pueda perjudicar la proeza de avezados pilotos que no sé si conocen bien por dónde estarán demostrando sus hazañas”.

“Confío en que el buen criterio de los co-organizadores haya previsto todo lo anteriormente expuesto. Y que de una buena vez trabajemos en conjunto, sin egoísmos ni sectarismos, por un mundo más seguro”, finalizó Bratschi.

Según información periodística, al menos en Mendoza las autoridades aseguran que desde hace meses se trabaja en la cobertura de seguridad ambiental a raíz de la prueba y que incluso se podría exigir a los organizadores del desafío el cambio de itinerarios si las circunstancias lo ameritan.

Firmes reparos

El director del Área Fundacional de la Ciudad de Mendoza, Horacio Chiavazza, aseguró al diario Los Andes que muchos de los sitios que los arqueólogos han trabajado en la precordillera y sobre todo en las llanuras del norte (Lavalle, Santa Rosa), centro (San Carlos) y sur provincial, están en lugares que serán objeto de los recorridos. “Es fácil predecir que en el itinerario se pasará por ocupaciones muy antiguas, de más de 4 mil años. Es fácil predecir que la destrucción puede ser irreparable”, alertó.

Adolfo Gil, doctor en Ciencias Naturales del Museo de Historia Natural de San Rafael, dijo que “toda actividad que salga de los caminos reglamentados tiene potencial de afectar al medio ambiente y el registro arqueológico”.

La organización ambientalista Oikos pretende que la carrera no pase por sitios de significancia ambiental. “El seguro de caución que se exigirá está bien, pero deben haber otros resguardos ambientales, para que el gobierno no tenga que salir a cubrir el daño ambiental de los privados”, dijo Eduardo Sosa, presidente de la entidad. Pero añadió: “Al parecer Mendoza ha tomado recaudos y por eso queremos acceder al expediente para saber cómo están las cosas”.

Mientras tanto, la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la Argentina, asegura en su comunicado que “seguimos comprando espejitos de colores”. La organización, presidida por la doctora tucumana Norma Ratto, describe al Dakar como “una carrera de resistencia más que un rally convencional” y los vehículos (camiones, autos, motos, entre otros), se desplazan por terrenos donde no existen vías de circulación, sino que deben hacer la ruta al andar. Así, atraviesan zonas de arena, rocas, barro y vegetación natural. “Además, la ruta podrá ser un ‘secreto a voces’, pero los participantes reciben el recorrido a ser cubierto horas antes de la partida”.

“La vista en el ‘árbol’ de las ganancias cortoplacistas impidió ver el ‘bosque’ de lo que significa la preservación de nuestros ambientes, tanto en el medio físico como socio-cultural. Esto significa que no se han realizado en nuestro país los Estudios de Impacto Ambiental y Social que constituyen la herramienta para prevenir, mitigar y/o corregir los impactos negativos que causará el desarrollo de esta competencia que cuenta con el apoyo político a nivel nacional, provincial y municipal”.

Ese apoyo “se basa en la creencia de que el rally permitirá que el ‘mundo nos vea’ y que ‘fomentará el turismo regional’. Sin embargo, esta visión cortoplacista no vio y/o tuvo en cuenta la afección y/o destrucción permanente que su desarrollo causará sobre sitios arqueológicos, fauna y flora local, economías rurales, entre otros”.

Es decir, “no se han evaluado los daños que pueden producirse en los yacimientos arqueológicos sobre los cuales, literalmente, pasarán los autos, camiones y motos arriba enumerados; como así tampoco el impacto negativo que el tránsito desproporcionado de vehículos de bajo y alta tonelaje podrá causar a la flora y la fauna local, propia de los ambientes frágiles que recorrerá la travesía, ni a las economías rurales de bajo desarrollo”.

Una vez más, dice AAPRA, nos dejamos deslumbrar por “cuentas de vidrio” y “regalamos” nuestro acervo patrimonial, tanto cultural como natural, con la anuencia de los que ven una gran oportunidad económica sin reflexionar ni prevenir las consecuencias del día siguiente a que finalice el Rally.

“Nos gustaría saber dónde en esa visión de los facilitadores gubernamentales, promotores y auspiciantes queda posicionado el Artículo N° 41 de la Constitución Nacional donde se proclama un desarrollo sustentable, el Artículo N° 2 de la Ley General del Ambiente (N° 25.675/02) donde se estable la política ambiental nacional, la Ley Nacional N° 25.743/03 de Protección de Bienes Arqueológicos y Paleontológicos, y las leyes provinciales referidas a las temáticas mencionadas, entre otras”.

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